miércoles, 7 de marzo de 2012

Aburrimiento

Después de estas largas vacaciones de verano, en que pasaron miles de cosas, quisiera volver a reflexionar sobre un post que escribí antes y se llamaba “seguir”. En estas vacaciones llegué a conocer más profundamente a mi hijo Miguel de casi dos años y descubrí cosas en él que recién comienzan a aparecer. Por ejemplo que él tiene una necesidad imperiosa por caminar y estar al aire libre. Antes yo creía que él siempre quería salir como les gusta a todos los niños,.. pero él tiene una necesidad de explorar que yo no había visto antes en mis otros hijos. Él sale por la puerta y suspira como si recién pudiera respirar y camina más de lo que un adulto estimaría necesario o conveniente. Le gusta caminar solo, experimentar lograr ir donde él se lo plantee y detenerse en aquello que le parece interesante.
No es eso lo que todos buscamos hacer?
Pues Miguel lo tiene claro desde antes de cumplir dos años y si antes yo me aburría siguiéndolo, hoy lo disfruto pues entiendo que me esta mostrando lo que para él es importante. Es una experiencia de compartir su punto de vista.
Mi lección es que si me aburro estando con uno de mis hijos, ese es sólo el síntoma de que no estoy conectada con lo que esta pasando ni con sus emociones e intereses. Es una demostración de que no estoy entendiendo lo que me quieren decir.

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